domingo, 23 de agosto de 2015

domingo, 9 de agosto de 2015

Inglaterra, ahora: Packwood House.

Los canteros impactan por la combinación de texturas de follajes y flores, y el color de sus flores.   




























Otro de los jardines que me impactó mucho, fue Packwood. Si bien había visto fotos y había leído reseñas sobre el mismo, ver sus canteros en vivo y en directo, caminar entre los totems de Taxus baccata, fue una experiencia realmente increíble. Este jardín hoy a cargo de Mike Evans, se balancea entre el equilibrio, la armonía y la originalidad del diseño de sus canteros.




























Los gigantes topiarios hechos con Taxus baccata fueron plantados entre el año 1.650 y 1.670, y son en gran parte el emblema del parque  formando el "Jardín del Sermón de la Montaña".
En el fondo de este camino enmarcado por los gigantes Taxus se ven los que enmarcan la subida a "la montaña" a la cual se sube por un camino en espiral alrededor de un enorme Taxus. 
Tal como escribió mi amigo Tim Richardson, uno podría pensar que esos Taxus dispersos por el jardín, representan a las personas que están escuchando el sermón de la montaña. 
Desde arriba se puede ver el jardín desde una perspectiva diferente. 

Geranios herbáceos, cardos y stipas gigantes, combinados con lupinos, lirios y alliums. Todos en tonos que van del violeta a los púrpuras y rosados, y las hojas que no se quedan atrás. 
Los gigantes del fondo y los canteros, le imprimen un carácter único a este jardín. 

Pero más allá de los totems y los canteros, hay también espacios para el asombro, praderas naturales con frutales y un lago que puede recorrerse todo alrededor. La conexión con el entorno está muy bien lograda. 


El equipo de fotógrafas, con Angela Copello a la cabeza, se dio "la panzada". La luz era también perfecta. 

Una bordura mixta genera una división entre el jardín de los Taxus y el jardín inmediato a la casa.
Aquí nuevamente se ve un juego de texturas de follajes que dan la pauta que en los canteros todo cuenta, no solamente el color de las flores. 

En este sector los taxus son usados como divisores contra un muro de ladrillo, formando parcelas en en donde más herbáceas y rosas se combinan. 
Desde adentro de la casa se pueden apreciar los canteros principales, luego el muro que divide los dos jardines y donde está plantada la otra bordura, y más atrás el Jardín del Sermón de la Montaña. 
Ya camino a la huerta nos sorprendimos con esta imponente Hydrangea anomala subespecie petiolaris.... sencillamente sin palabras. 
Esta hortensia trepadora es de clima fresco y suelos livianos y fértiles. Es lenta para arraigarse, pero si le gusta el lugar, crece generosamente apoyándose sobre las paredes. 


En el primer plano manzanos creciendo en cordones, más atrás una organización perfecta de cultivos dentro del espacio destinado a la huerta.
La huerta, merece un capítulo aparte. Tomaremos conciencia alguna vez de la importancia de generar algo de alimento de nuestra tierra inmediata? En todo nuestro recorrido creo que no hemos visto ningún jardín que no tuviese su huerta.

Como el clima es más frío, el inicio de muchos cultivos se hace bajo estos mini invernaderos para protegerlos además de los pájaros. 

Las frutillas plantadas en macetas sostenidas por caballetes, original no? 

Si bien este tipo de cultivo exige más atención en cuanto al riego, es muy conveniente para evitar que las frutillas toquen el suelo y se pudran. 
Y al final del recorrido la imagen que en definitiva me gustó más de este jardín, y la frase nunca mejor aplicada: "Disfrutemos mientras podamos" (al menos así se lo veía al señor!).