miércoles, 22 de abril de 2020

Otoño: entre la acción y la planificación.

Los calabacines se van a un lugar seco y fresco, bajo una  galería o alero a donde no pegue mucho el sol.
Este peculiar otoño que nos toca vivir, para quienes tenemos la suerte de tener un jardín, es una gran oportunidad para dedicarle más tiempo, y profundizar las tareas y acciones que de hecho siempre hacíamos o debíamos hacer. En las huertas, el tiempo de recambio ya comenzó, vamos levantando lo que queda de los cultivos de verano y preparando el suelo para las nuevas siembras que nos darán verduras frescas durante el otoño y el invierno. 

Entonces en donde estuvieron los zapallos, apenas removí la tierra, porque estaba blanda, y luego de sacar algunos cascotes más grandes, hice la siembra de rúcula y la plantación de algunos brócolis y cebollas de verdeo. 
Los tomates que fueron sembrados entrada la primavera, siguen dando y así lo harán hasta la llegada de la primera helada. Eso suele pasar cuando se hace una siembra escalonada en dos etapas, los primeros son los que darán cosechas desde comienzos de verano y los segundos tomarán la posta y continuarán la producción hasta mediados de otoño. Para los fanáticos del tomate, es una buena manera de tener una cosecha bien larga.  

Este año estoy prolijamente guardando las semillas de los tomates que realmente valieron la pena. Uno de ellos es  este tomate cherry de buen tamaño, (es el que estaba en la foto anterior). Reúne dos requisitos fundamentales: buena producción y buen sabor. Una manera de secar las semillas es abriendo el tomate y colocando prolijamente las semillas sobre un papel tisú o papel higiénico, allí se secarán y la temporada que viene se podrá sembrar directamente ese pequeño trozo de papel en una maceta y de ahí germinarán los tomates. La otra manera es abrir los tomates, colocar las semillas en un colador, lavarlas y luego ponerlas al sol para que se sequen. Último paso y fundamental: colocar nombre del tomate y fecha. 

En la huerta cercana a la cocina ya levantamos también la tomateras y en este caso tuve que preparar de mejor manera el suelo, ya que estaba muy apelmazado. Agregué un poco de arena y también un sustrato rico en materia orgánica. 

Después de diez días, gracias a la temperatura ideal que tenemos en el otoño, todo germina a gran velocidad. Solo hay que cuidar los canteros, de los gatos, de los pájaros y... que no les falte agua. En algunos casos de las hormigas y caracoles también! En este cantero germinan: remolachas, espinaca, mostaza y zanahorias. Las lechugas de la izquierda fueron plantadas de plantín de almácigo. 

La temperatura otoñal es ideal también para hacer gajos o esquejes. Hay que aprovechar que las plantas entran en un período de ralentización o disminución de crecimiento, sumado nuevamente a las condiciones de temperatura y humedad ideales. Lo mejor en el caso de los gajos es siempre hacer diferentes pruebas, con plantas que nos gustan, que queremos multiplicar; usar diferentes sustratos tipo perlita, turba, compost, arena, y de esa manera poder evaluar, cual dio mejor resultado. En este blog podrían encontrar los paso a paso para hacer gajos en otras entradas (hay que buscar en el buscador de la derecha) .

Y como siempre, me gusta hablar de la compostera. Qué fácil es reciclar los residuos orgánicos, vamos! Nosotros este año hicimos una nueva con todos materiales reciclados, postes, alambrado (ex pileta y ex huerta, tercer reciclado!! ), hicimos tres compartimentos para poder compostar en etapas. Lo que se ve acumulado en los dos últimos compartimentos es lo que salió de la vieja compostera y que vamos a usar este otoño en los canteros. a medida que queden vacíos iremos apilando en capas hojas, césped cortado, malezas que no hayan florecido, residuos vegetales de la cocina y huerta, todo con capas de tierra para acelerar el proceso. Igualmente siempre debe calcularse entre tres y nueve meses para lograr el mejor sustrato. 

Pasando a un tema más floral, llegamos a las dalias. Allí siguen ellas, floreciendo sin tregua, también hasta que caiga la primera helada fuerte. Mientras me dedico a clasificarlas, trato de identificar cada una desde la flor hasta la base y allí ponerle la etiqueta con el color, altura, etc. De esa manera en el otoño podré levantarlas, dividirlas y ordenarlas, tal vez sacando algunas plantas demasiado vigorosas, y haciendo hijos para el vivero. 

Así voy poniendo a cada una su cartel, bien en la base de cada planta de manera que no se pierda cuando las podemos. 

Y para que están las flores si no es para disfrutarlas? 

En el cantero principal, voy tomando mis últimas notas y fotos. Pensando en los cambios que podría hacer durante el otoño e invierno. Es difícil cuando se ve todo en flor, pensar en modificaciones, pero siempre es bueno investigar y probar nuevas plantas. 

También disfrutamos de cada vista y cada ángulo del cantero. Todo se evalúa, no solo el color o aspecto de la planta, también se puede observara el tiempo de floración , la resistencia a enfermedades y plagas, etc., etc. 

Las que pasaron la evaluación con un muy bien 10 son las Salvias 'African Sky', se llevan muy bien con los agapantos y florecen generosamente, además de no necesitar tutor y ser muy poco susceptibles a enfermedades y plagas como lo son la mayoría de las salvias. 

Salvia 'African Sky'
Me despido con el clásico de otoño, estas Salvias leucantha se ganaron su lugar y acá se quedan.

Y una novedad: esta divina trepadora que me regaló mi amiga Chola hace unos años, finalmente se largo a florecer. Se las presento: Petrea volubilis.